Opinión

Conferencia de Mujer

Los desafíos del nuevo milenio para las mujeres con discapacidad

Pilar Villarino, Directora Ejecutiva del CERMI

05/07/2012

Durante tres días intensos hemos tenido la oportunidad, y el privilegio, de escuchar, observar, participar, en un foro de debate, de análisis, de reflexiones individuales y compartidas, de denuncia, de altavoz, de espejo, de lucha común, donde se ha hablado de reinventar una agenda política de discapacidad y género, crear una agenda política global más justa, amplia y enriquecida; las mujeres y las niñas con discapacidad deben tener su sitio en el movimiento social, del que son copartícipes y corresponsables; compromiso con una sociedad igualitaria e inclusiva, las mujeres y las niñas con discapacidad deben romper el miedo y seguir adelante, a pesar de todas las dificultades; la perspectiva de género debe ser un tema transversal al hablar de derechos de las personas con discapacidad; la transversalidad de los derechos de las mujeres con discapacidad es la mejor forma de avanzar; las niñas y los niños deben poder ejercer su derecho de convivir con la diversidad para enriquecerse con las diferencias….

La Conferencia Internacional que nos reunió en Madrid, en la mitad del año del XV Aniversario del CERMI, ha servido para dar voz a todas y cada una de las mujeres con discapacidad, las niñas y las adolescentes con discapacidad, las madres de niñas y adolescentes con discapacidad. Todas y cada una nos hemos visto reflejadas en el testimonio profundo, sincero, emotivo de Genet Corcuera, que sin quererlo es una activista firme y convencida en la lucha por el reconocimiento de sus derechos, por una vida rompiendo el miedo, como nos decía con sencillez, un ejemplo que debe animarnos a todas a no cejar en el empeño de hacernos visibles y alzar la voz. Ninguna ha dejado de emocionarse ante las palabras de Lucía, que con un optimismo desbordante y poderoso, producto de los pocos años de adolescente pero también de la incipiente lucha encarnizada contra la adversidad, siempre con una sonrisa en la cara, nos ha dicho alto y claro que las niñas también quieren participar en la vida activa y reclamar lo que les es propio pero demasiadas veces se les niega. 

Estos testimonios vibrantes se han visto acompañados por los de las activistas de años de lucha dentro del tejido asociativo de la discapacidad, representantes del CERMI y de sus organizaciones, que sin cejar en el empeño, con su ejemplo y su voz, han peleado durante años por situar en la agenda política de la discapacidad a las mujeres, a las niñas, a las madres, a la igualdad entre mujeres y hombres, que han conseguido que el género y la discapacidad aprendan a caminar de la mano sin soltarse.

Se han abordado cuestiones difíciles y espinosas, no siempre tratadas, muchas veces ocultadas a conciencia. La violencia contra las mujeres y las niñas con discapacidad, esa lacra que precisa de un marco legal específico que ayude a mujeres en situación de mayor vulnerabilidad, expuestas mucho más que las demás a situaciones de violencia de todo tipo, a veces impensables. Los derechos sexuales y reproductivos, todavía un tema tabú en ocasiones, otras veces, demasiadas, considerados inexistentes. La esterilización no consentida, clara negación de los derechos de una persona, violación de la voluntad contra la que hay que luchar sin duelo. La maternidad que se niega sin razón en demasiados casos…Se han reclamado estudios que ofrezcan esos datos precisos y valiosos en los que apoyarnos, de los que lograr mayor credibilidad, esos grandes aliados en la lucha contra la discriminación.

Es precisa una estrategia que claramente dé una mayor visibilidad a este grupo social y garantice la participación activa de la sociedad civil y de las organizaciones sociales de la discapacidad en el necesario reconocimiento de los derechos humanos de mujeres y niñas. Conferencias como esta permiten a responsables de la política, a activistas defensoras de la mujer, a personas expertas del mundo académico, científico, empresarial, educativo, del tejido asociativo de la discapacidad, tomar conciencia clara de las demandas, de las necesidades, de los aspectos que deben ser tenidos presente en la formulación de políticas dirigidas a las mujeres y las niñas con discapacidad, en suma, de la riqueza de la diversidad que no debemos perder.

Sirvan estas últimas líneas para reclamar una participación activa de las mujeres, niñas y adolescentes con discapacidad, de las madres, en los asuntos que les conciernen, involucrándose en la toma de decisiones y en los mecanismos de seguimiento y control, conociendo y aprendiendo cuáles son sus derechos y ejerciendo una defensa activa de los mismos. Ese es nuestro gran desafío.